PLAN DE GENERO DE ATTSF

Las mujeres saharauis avanzan con el Plan de Género

Otro año más, la aplicación del Plan Institucional de Género de la BdT ha beneficiado a sus trabajadoras y ha alcanzado logros que desde hacía tiempo reclamaban las profesionales, así como se ha desarrollado un estudio para el papel de la base en la distribución de alimentos.

Para Keltum Mohamed, responsable de digitalización de datos de la Asociación de Trabajadores y Técnicos sin Fronteras, la principal dificultad a la que tienen que hacer frente las mujeres saharauis para desarrollarse en el mundo laboral es muy clara: la falta de flexibilidad de trabajo. “Casi todas somos madres y tenemos nuestras obligaciones en casa, también la mayoría tenemos alguna madre o abuela que vive con nosotras. Si trabajas en un sitio en el que no comprenden tu rol social, esto te obliga a que en algún momento decidas dejar de trabajar porque no puedes compaginarlo con el cuidado del hogar”, explica Keltum. Esta situación problemática para la mujer se ha visto resuelta gracias al esfuerzo de trabajadoras junto con el Plan Institucional de Género, apoyado desde ATTsF. Con esta medida el papel de la mujer en el plano profesional se fortalece e incentiva su crecimiento. “Nos beneficia muchísimo. Podemos trabajar y al mismo tiempo cumplir con esta responsabilidad que tenemos con la familia y eso se agradece”, comparte Mohamed, quien recalca la importancia de entender la posición de las mujeres. De esta manera, Keltum y sus compañeras disponen de un horario de trabajo flexible, que les proporciona una mayor libertad y garantiza que no se vean obligadas a abandonar su trabajo. Además, según explica Khadidjami Mohamed, asistente de coordinación, las trabajadoras disponen de un equipo digital a su disposición en caso de que tengan que teletrabajar, así como días de asuntos propios. Khadidjami forma parte esencial a la hora de aplicar las medidas contempladas en el Plan de Género y está convencida de que será “un ejemplo beneficioso para las trabajadoras y campamentos.

No es la única medida que se ha aplicado del Plan de Género. La propia Keltum forma parte de otra medida: el programa de conducción, de la que es profesora. El objetivo de este programa continúa con esta línea de avance para la mujer, ya que el hecho de aprender a conducir resulta un paso adelante para obtener mayor autonomía. En la actualidad, son seis las estudiantes que se encuentran realizando dicho programa. Han aprobada el examen teórico y se preparan para el práctico. “Aprender a conducir es tener libertad, disponer de tu propio coche para desplazarte y solucionar tus problemas. Aquí en el desierto los hombres no están siempre en casa, y, si tienes un coche puedes, ir a solucionar tus problemas”, expresa Keltum. Y añade que: “Te da mucha autonomía y no dependes todo el rato de un hombre”. La mayoría de trabajadoras de la base viven en diferentes wilayas, lo que supone la necesidad de disponer de vehículos para transportarse a Rabuni, donde se ubica la Base de Transporte. Casada y con cuatro hijos, Keltum, de 52 años, es uno ejemplo para otras mujeres, que anima a que cada vez más cojan el volante, tal y como hace ella en los campamentos. Se sacó el carnet en España y para ella supone un orgullo poder enseñarles a otras. “No es muy común que una mujer conduzca, pero cada vez hay más mujeres que se sacan el carnet”, asegura.

Nuara Ali, administrativa de recursos materiales, es una de estas estudiantes. Uno de los aspectos que más valora es le hecho de que su profesora sea “una de nosotras”. Una transmisión de conocimientos de compañera a compañera. Con más de una década de experiencia dentro de la BdT, Nuara sostiene que aprender a conducir pone freno a otra de las principales complicaciones del trabajo: el transporte. “Diariamente tenemos que coger el camino y sufrimos e calor y el frío. Nos preocupa mucho ese punto”, expresa.   

Las distancias son una realidad a la que cada día hay que hacer frente. En esta línea, además del programa de conducción, se ha incorporado un taxi para transportar a las trabajadoras desde la BdT y el punto de recogida del transporte público. Se trata de un sistema que amplia el apoyo a las trabajadoras. Destacan también otras medidas como la formación en sistema digital de planificación de recursos empresariales (ERP), un curso de comunicación realizado recientemente que, asegura Khadidjami, quien organizó y llevó a cabo dicho taller, resultó una gran experiencia, algo que corrobora Keltum: “Aprendes cosas que igual no le dabas mucha importancia, pero sí que la tienen y se le sacan mucho provecho”. Suadu Mahyub, responsable de RRHH en Centro Logístico MIAMA, también valora positivamente los cursos realizados. “Nos da la oportunidad de desarrollar nuestros conocimientos”. También recalca la importancia de la flexibilidad horaria como elemento esencial para que la mujer saharaui pueda crecer profesionalmente, sin perder su papel dentro del núcleo familiar, tan importante dentro de la cultura saharaui.

 

Calidad y satisfacción constatadas

Como parte de la constante necesidad de aprender, comprender y mejorar el trabajo del día a día, también fuera de la BdT, Nayua Mohamed, jefa de distribución de la BdT, y Khadidjami Mohamed elaboraron en noviembre de 2023 un estudio para conocer los problemas y las necesidades de las responsables locales y los chóferes a la hora de la distribución de alimentos en los Campamentos de Población Refugiada Saharaui. En total, participaron 64 personas (mujeres y hombres) pertenecientes a cada uno de los puntos de distribución de las cinco wilayas y también chóferes, encargados de hacer llegar a los puntos los alimentos. El estudió aborda 6 temas: puntualidad, comunicación, conducción, estado de los productos, punto de descarga y documentación; además de propuestas de las encargadas de distribución y chóferes para la mejora del proceso; evaluación del proceso participativo; recomendaciones y conclusiones. El nuevo sistema implementando en junio basado en cargar los alimentos el día anterior del reparto ha supuesto una mejora de la puntualidad, tanto por parte de los conductores como de las responsables, con un 100% de puntualidad, según registra el estudio. En líneas generales con respecto al resto de puntos, las valoraciones son muy positivas, especialmente en comunicación conducción y documentación. Si bien uno de los mayores problemas que se mencionó fue el mal estado de varios puntos de distribución y las complicadas rutas que deben superar los chóferes para que lleguen los productos. En algunos casos, llegan alimentos dañados, ya sea por el transporte o desde el propio origen del que se han obtenido. En cuanto a las recomendaciones, fue muy satisfactoria la participación de los chóferes y responsables. Apuntaron algunas posibles mejoras como la búsqueda de sitios más apropiados para distribuir los alimentos, que dispongan de un mayor espacio, así como señalizar los caminos hasta los puntos de distribución. En Auserd, las encargadas han propuesto sustituir los vayas que resguardan el punto de distribución por ladrillos.

Voluntarias de la Media Luna Roja Saharaui en el punto de distribución del barrio de Akti, wilaya de Bojador.

Es importante recalcar el hecho de que son mujeres voluntarias, que no reciben ninguna contraprestación económica, las que reparten la cesta básica una vez llegue al punto de distribución. Ellas son la pieza esencial para que las familias reciban los alimentos de la mejor manera posible, además de cerciorarse de que todos los productos se reparten. Este es el caso de Batul Mohamed y Naithu Sidahmed, voluntarias de la Media Luna Roja Saharaui en Akti, wilaya de Bojador. Ambas se despiertan en cuanto sale el sol para
desplazarse al punto de distribución. La distancia entre su casa y dicho punto es considerable, pero llegan puntuales. Aseguran que no se pierde ningún alimento, aunque la jornada se prolonga en ocasiones durante todo el día hasta que todas las familias de las que son responsables reciben sus alimentos. Durant el camino que recorre Naithu a veces, explica, aparecen perros callejeros. Reconoce que es “es un poco peligroso”, aun así, continúa ayudando a sus vecinos y, de este modo, también a la causa de su pueblo. 

Respeto y tolerancia

Al igual que Nuara, Nayua fue testigo y participante de los cambios que se han producido en la BdT en favor de las mujeres. Trabaja en la base desde 2011 y rememora con orgullo los avances que han logrado. “Todo ha mejorado muchísimo. Ahora tenemos flexibilidad de horario y el hecho de que una mujer conduzca nos ha ayudado mucho como mujeres saharauis para evolucionar. Otras mujeres pueden tomarnos como ejemplo y en el día de mañana tenga la oportunidad y la voluntad de hacer lo mismo”. Y recalca la importancia de continuar con el Plan de Género para continuar avanzando. Porque hoy, en el Día Internacional de la Mujer, Nayua lanza un mensaje en favor de la igualdad y el fortalecimiento del papel de la mujer: “Estamos en una causa en la que tenemos que participar como mujeres y seguir dando ejemplo con la Base de Transporte. La BdT es un grana ejemplo para los campamentos. También Keltum se suma a este objetivo: “Todos luchamos por la igualdad. Tenemos que tener todo el mismo derecho de la sociedad y ayudarnos mutuamente y, sobre todo, respeto y tolerancia.

Las responsables de los puntos de distribución se aseguran que todos los alimentos llegan a las familias, así como el estado de los productos.